El cambio de mando en el Huila fue tan emocionante como ver crecer la hierba. En realidad, vivimos la experiencia única de tener un gobernador con menos acción que una tortuga en una siesta y una destreza para tomar decisiones que haría que un espantapájaros parezca un estratega maestro.
Es fascinante cómo en nuestra querida patria las empresas menosprecian a esos jóvenes con brillantes perfiles profesionales, entregando las riendas del gobierno a alguien que tiene más años en la espalda que un tomo de historia anticuado. Si la hoja de vida de este venerable caballero fuera a parar a manos de un empresario, probablemente la archivarían junto con sus viejos vinos. Pero, claro, en la política parece que la experiencia se mide en arrugas y no en logros.
Prepárense, porque la próxima administración promete llevar la mediocridad a nuevas alturas, convirtiendo la inacción en un arte y la toma de decisiones en un juego de azar. ¿Quién necesita progreso cuando se puede tener un gobierno que se mueve más lentamente que una película de caracoles?
En resumen, felicitamos al Departamento por este emocionante empalme, donde la única certeza es que nos esperan años de estancamiento y decisiones tan emocionantes como ver pintura secar. ¡Bravo, Huila, bravo!”.
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Por: Hernán Losada
